Las escuelas salesianas y los centros de formación profesional tienen su origen en el Oratorio de Valdocco en la ciudad de Turín, Italia en el siglo XIX. Don Bosco, fiel a su misión de hacer de los niños y jóvenes “buenos cristianos y honrados ciudadanos”, puso en marcha un conjunto de obras y actividades para lograr este cometido. Es así como surgió el oratorio festivo. No obstante, Don Bosco pronto intuyó que la escuela era un instrumento indispensable para la educación, un lugar privilegiado de encuentro entre cultura y fe y la insertó en un proyecto global de educación y evangelización para responder a las necesidades concretas de los niños y jóvenes, sobre todo de los más necesitados.
El deseo por expandir su trabajo educativo y evangelizador a las niñas y jóvenes más pobres y desamparadas llevó a Don Bosco a ampliar el campo de acción de su misión y, al poco tiempo, descubrió en María Dominga Mazzarello a una joven con los mismos intereses e inquietudes apostólicos que
él; quien asumió, compartió y enriqueció su estilo, fundando nuevas obras (escuelas y oratorios) en favor de las niñas y jóvenes.
Este humilde inicio de la escuela salesiana es el origen de nuestros actuales colegios. Hoy las escuelas salesianas son una realidad amplia, variada y rica, que con creatividad y responsabilidad pretenden ser fieles a la misión y al estilo educativo que sus fundadores impulsaron.
Actualmente las escuelas salesianas formamos una red en la que consideramos nuestras instituciones como:
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- Centros de formación de inspiración cristiana, católicos y basados en el carisma salesiano.
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- Lugares privilegiados que ofrecen una educación integral conforme a una visión del mundo, de la persona, existencia e historia enraizada y en sintonía con el Evangelio de Cristo; siguiendo el estilo, el método y la experiencia educativa heredadas de Don Bosco y Madre Mazzarello.
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- Espacios formativos nacidos y ligados al corazón de la Iglesia a través de la comunión con la misión, la comunidad eclesial y sus pastores.
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- Ambientes educativos en donde los valores de la espiritualidad y de la pedagogía salesiana, nacidos del Sistema Preventivo de Don Bosco, nos orientan a hacer una opción preferencial por los niños, niñas, adolescentes y jóvenes que acoge a todos, sobre todo a los más pobres y necesitados. Es en ellos donde se educa con la presencia asidua y activa de los educadores, con el espíritu de familia y con el estilo educativo basado en el afecto demostrado y percibido por los alumnos (amorevolezza).
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- Una Comunidad Educativo-Pastoral llamada a convertirse en casa abierta, acogedora y habitable, orientada a la educación de los jóvenes, con compromiso y proyección social, en diálogo con la realidad; que ilumina el proyecto de vida de los estudiantes desde la perspectiva educativa, moral y espiritual; donde se privilegian los procesos de atención, personalización y maduración.